Hoy nos gustaría hablar de una enfermedad denominada Fibrosis Quística, queremos contaros detalles de la enfermedad, síntomas que podemos observar en quién la padece , alguna recomendación y como abordar el cuidado de personas mayores que sufren esta enfermedad.

 

¿Qué es la Fibrosis?

 

La Fibrosis Quística, tal y como indica la Federación Española de la Fibrosis Quística, es una enfermedad crónica y hereditaria que puede generar unas importantes consecuencias, afectando principalmente a órganos como los pulmones o el sistema digestivo de los afectados. El 91% de los pacientes que padecen Fibrosis Quísticas son diagnosticados en el momento de su nacimiento.

La enfermedad se desarrolla debido a que las células que se encargan de recubrir el interior de los conductos del sistema digestivo, páncreas, pulmones e hígado, comienzan a elaborar una proteína de forma defectuosa, produciendo que los fluidos presentes en esas zonas del cuerpo tengan una mayor densidad de la deseada, impidiendo un funcionamiento normal y correcto de los mismos.

 

Sintomatología

 

Existen diferentes síntomas para cada uno de los tipos de Fibrosis Quística, aunque debemos apuntar que en muchos de los casos dichos síntomas no aparecen hasta que el paciente se encuentra en la etapa de la adolescencia e incluso de la adultez. Así pues, los principales síntomas de la enfermedad podemos decir que son:

1; Tos frecuente o infecciones respiratorias recurrentes.

2; Algunos síntomas nasales, tales como rinitis, poliposis nasal o sinusitis.

3; Síntomas de tipo digestivo provocados por la mala absorción de las grasas.

4; Sudor inusualmente salado, debido a la afección de las glándulas sudoríparas.

 

Fibrosis Quística en ancianos

 

La mayoría de personas mayores que padecen Fibrosis Quística suelen desarrollar la de tipo pulmonar, haciendo que presenten ciertos problemas tales como dificultad para respirar de forma correcta, presencia de molestias en el pecho, presencia de tos recurrente y habitual fatiga, y en algunos casos se puede llegar a dar una coloración azulada en los dedos y las uñas de la persona afectada.

 

Recomendaciones

 

La Fibrosis Quística, a día de hoy, no cuenta con una cura definitiva, aunque sí que existen diferentes consejos para tratar de sobrellevar lo mejor posible la sintomatología adversa que presenta. Algunos de ellos pueden ser, por ejemplo, seguir de forma escrupulosa el tratamiento marcado por el médico especialista, acudir a sesiones de fisioterapia respiratoria y pulmonar para evitar obstrucciones en los pulmones, cumplimentar la dieta diaria con suplementos vitamínicos, llevar a cabo una buena hidratación y practicar ejercicio físico de forma regular. 

Como hemos podido comprobar, una persona mayor que padece Fibrosis Quística requiere de unos cuidados concretos para que pueda desarrollar una vida normal sin grandes limitaciones. Todas nuestras cuidadoras son conocedoras del problema que esta enfermedad conlleva, así como de los cuidados especiales que requieren las personas mayores afectadas por la misma.