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La palabra que incluso puede llegar a resumir con mucho la idea de este artículo es la humanización que reciba la persona mayor por parte de cuidadores y sobre todo por parte de su propia familia. El proceso de envejecimiento al que con suerte nos veremos sometidos con los años debe de ser un proceso muy duro porque la persona entiende que se encuentra en la etapa final de su vida. Sin duda y al margen de cualquier tipo de enfermedad grave que pueda empeorar la situación, los mayores son dependientes psicológicamente.
Si bien los estudios en este campo entienden que se empieza a entrar en edad avanzada a partir de los 65 años, en realidad depende de las condiciones físicas y mentales de cada individuo.
Qué es la psicología
No hay que olvidar que la psicología es una ciencia aunque como explicaremos proviene de la filosofía. Psyche, alma, y logos, ciencia; la psicología es la ciencia del alma.El término lo introdujo oficialmente un filósofo alemán en el siglo XVIII. No obstante, Aristóteles se interesó por conocer la psiquis humana. Debemos observar que el alma no existe, pero, como ocurre con otras ciencias, no parece necesario cambiar el término.
Los psicólogos nos explican que el alma en su concepción idealista no tiene cabida, pero esto no significa que no existan procesos psíquicos que pueden ser positivos para unos y tormentosos para otros.
Los científicos al hablar de procesos psíquicos reales hacen alusión a la conciencia, voluntad, emociones, pensamiento, percepción, concepción y sensación.
La intervención en el cuidado de personas mayores dependientes psicológicamente
Los ancianos son más frágiles y demandan mayor intervención psicológica. Está claro que para mejorar o al menos impedir que disminuyan esos procesos psíquicos reales en ancianos existen cientos de programas.
Pero aquí trataremos los cuidados enfocados a cada individuo.
En términos generales hay que reconocer que el sentimiento de motivación por cuidar a mayores en su domicilio es clave para mejorar la salud de los mayores dependientes psicológicamente.
Es imposible tratar de olvidar que se está tratando con un ser humano y además con una persona que merece un trato muy digno. Desde nuestra experiencia es muy relevante reconocer las necesidades tan únicas y particulares como lo somos cada individuo. Hay muchos estudios que programan acciones multidisciplinares y comunitarias diseñados por equipos de psicólogos expertos que fracasan porque no se adaptan al individuo.
Manifestar amor
Si hablamos de lo relativo al amor es porque parece que lo que más satisface a mayores y a todos los grupos de cualquier franja de edad son los cuidados amorosos.
En este sentido, muchos estudios en los que más creemos, se esfuerzan por inculcar a los educadores un cuidado basado en acciones simples a primera vista, como pueden ser la humanidad, la ternura, la amabilidad, la solidaridad o la compasión.
Empatía
Desde el punto de vista del cuidador, os hablamos de la necesidad de poseer la capacidad de tener el punto de vista del anciano para entender mejor sus emociones y sentimientos. Es una forma sin duda complicada, pero es importante, en definitiva, hacerse a la idea de lo que está pasando la otra persona.
Escuchar es la mejor forma de dar la oportunidad al mayor dependiente psicológicamente de expresarse, recordar, compartir e interactuar con cercanía.
En lo que respecta a la empatía de la persona mayor y en general de cualquier edad, los psicólogos hablan de empatía cognitiva y afectiva. La empatía cognitiva, entendida como el entendimiento y valoración del otro, puede deteriorarse como consecuencia del envejecimiento.
Sin embargo, los estudios más recientes muestran que la empatía afectiva o emocional del anciano es relativamente estable a lo largo de la vida. Esta empatía afectiva se define como una reacción emocional por parte del individuo que observa las experiencias de los otros.
Resiliencia
Hablamos de este concepto quizá ya no tan en boga, pero sí profundamente psicológico. Acudimos a psicólogos para que nos den una definición clara de este término. La resiliencia es un proceso que impulsa a la persona a crecer en la adversidad y que la sitúa en una posición de mayor experiencia con respecto a las circunstancias anteriores (Aldwin, 2007; Polk, 1997; Richardson, 2002).
Nos parece conveniente hacer mención a la resiliencia para aplicarla al mayor y mejorar así su calidad de vida. Es algo que trabajado adecuadamente, y leyendo en profundidad otro artículo que basaremos precisamente en este tema, permite a los mayores adaptarse positivamente a sus dificultades.
Derecho a disfrutar de una vida plena
Es injusto por parte de la población más joven aislar al individuo envejecido del entorno social. Por parte de los que somos algo más jóvenes a veces erróneamente adjudicamos a las personas mayores una imagen enferma y negativa. Les relacionamos con más frecuencia de lo permitido moralmente una menor capacidad de esos procesos psíquicos reales que referenciamos en el primer apartado.
Es decir, los relacionamos, a veces involuntariamente y sobre todo de manera muy injusta, con un papel social diferente del resto de grupos más jóvenes. Les adjudicamos un mayor retraso en sus capacidades, una mayor dependencia, falta de productividad o desinterés sexual, etc.
Es triste que este grupo de edad mayor de 65 años lo entienda y de alguna manera lo acepte hasta el punto de aislarse.
Es muy cierto mencionar un aspecto positivo, aunque creemos que solo se puede reconocer mirándolo desde el prisma del observador más agudo o desde personas educadas en el respeto a los mayores, que los conocimientos y las experiencias acumuladas tras generaciones de vivencias acumuladas son un tesoro.
Esto último habría que subrayarlo y quienes escuchéis a los ancianos debéis de prestar la debida atención porque los mayores son, como mínimo, más sabios.
Población mayor de 65 en su domicilio
Otra manera de resumir el concepto de los mayores dependientes psicológicamente es entender que es posible que por cuestiones de edad se produzca una alteración en sus capacidades físicas, sociales y mentales, pero una propuesta encaminada hacia un envejecimiento saludable se puede lograr cuando el mayor no se ve sometido a un cambio de ambiente.