Todos somos conocedores de que en la sociedad actual en la que vivimos, la obesidad es un problema de gran importancia. Tanto es así que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva años advirtiendo que la obesidad a nivel mundial es una pandemia, y que los datos son alarmantes, habiéndose triplicado el número de personas obesas en todo el mundo en las últimas cinco décadas.

¿Cómo afecta la obesidad en las personas mayores?

La obesidad se trata de una enfermedad crónica que muestra en el cuerpo del que la padece una acumulación anormal y/o excesiva de grasa y de tejido adiposo en el propio cuerpo humano. Se trata de un problema de gravedad, ya que puede derivar en el surgimiento de diferentes problemas y/o enfermedades.

En el caso concreto de las personas mayores también es un problema grave y cuyos números son también alarmantes. En España, se estima que el 35,5% de los hombres mayores de 60 años y el 40,8% de las mujeres de la misma edad, padecen obesidad. Esta cifra desciende en edades más elevadas, siendo del 19,4% en hombres y 29,2% en mujeres que superan los 80 años. En todo caso, los datos son elevados y preocupantes, y debemos apuntar que en la mayoría de los casos de obesidad en personas mayores, la mayor concentración de grasa se acumula en la zona abdominal.

En un escalón anterior a la obesidad, aunque también reporta problemas para la salud, encontramos el sobrepeso. El sobrepeso es una de las patologías más comunes en las personas mayores en nuestro país, afectando en torno al 44,8% de las personas mayores de 65 años, tal y como muestra una encuesta realizada en el año 2017 por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Tipos de obesidad

Como en la mayoría de las enfermedades y problemas de salud, dentro de la obesidad existen diferentes grados de afección y gravedad. La gravedad de la obesidad viene marcada por el Índice de Masa Corporal (IMC), que se puede calcular con una fórmula muy sencilla consistente en dividir el peso de una persona (en kilogramos), entre la estatura de la persona (en metros) elevada al cuadrado.

Así pues, según el resultado de la fórmula anteriormente citada, encontramos 4 tipos o grados de obesidad, que son la obesidad grado 1, con IMC entre 30 y 34,9. Después tenemos la obesidad grado 2, con IMC entre 35 y 39,9. La siguiente es la obesidad grado 3 (conocida como obesidad mórbida), que comprende un IMC entre 40 y 49,9. Por último la obesidad grado 4 (obesidad extrema), que posee un IMC de 50 o superior.

En los dos últimos grados de obesidad (mórbida y extrema), la salud del paciente corre un riesgo muy elevado y se suele plantear la opción de realizar intervenciones quirúrgicas para reducir el tamaño del estómago.

Causas de la obesidad en personas mayores y enfermedades asociadas

Son varias las causas por las que las personas mayores pueden llegar a presentar sobrepeso u obesidad, aunque los principales factores que intervienen son el llevar a cabo una mala alimentación, la falta de ejercicio físico continuado, y el no llevar un estilo de vida saludable. Además, también pueden influir otros factores relacionados con el paso del tiempo, tales como diferentes alteraciones del metabolismo, trastornos neuroendocrinos u otros factores como los sociológicos o los relacionados con la genética hereditaria.

Son muchos los problemas de salud en los que puede desembocar el padecimiento de sobrepeso elevado o la obesidad. Los más comunes suelen ser un aumento en la presión arterial (hipertensión), el aumento en los niveles de colesterol, y diabetes. Además de estos problemas, también existen otras muchas enfermedades relacionadas con la obesidad, como por ejemplo:

1; Síndrome de la apnea del sueño; se trata de pequeñas pausas en la respiración mientras la persona mayor está durmiendo, que producen falta de oxígeno y somnolencia durante el día.

2; Artrosis; un peso elevado provoca un mayor desgaste de las articulaciones del cuerpo, pudiendo limitar incluso los movimientos cotidianos.

3; Insuficiencia venosa crónica; se produce debido al prolongado mal funcionamiento de las diferentes válvulas en las venas, y provoca edemas y varices en los miembros inferiores del afectado.

Tratamiento de la obesidad.

Existen diferentes maneras de actuación para reducir la obesidad en las personas mayores y tratar de conseguir un peso saludable (normopeso), que dependerán de cada caso concreto, aunque podemos señalar que las más comunes son las siguientes.

1; Llevar a cabo una dieta con un menor aporte calórico. La dieta es uno de los pilares esenciales para el control del peso, y en la práctica mayoría de los casos de obesidad en personas mayores, se lleva a cabo una dieta con restricción de las calorías a ingerir, que suele ser unas 500 kcal menos de las que correspondería a esa persona. Además, una dieta mediterránea que incluya alimentos como frutas y verduras, suele contribuir a la reducción de peso.

2; Realización de ejercicio físico. Junto con la alimentación, el ejercicio físico continuado es otro pilar para reducir la obesidad. En algunas ocasiones, las personas mayores no pueden realizar ejercicio físico, por lo que lo recomendable es mantener una cierta actividad y realizar ejercicios que se denominan de resistencia progresiva, en los que los músculos se ejercitan mediante algún tipo de resistencia, que se irá incrementando de manera progresiva a medida que mejore la fuerza y el estado físico.

3; Tratamiento psicológico. El objetivo principal del tratamiento psicológico es reforzar el efecto de la dieta y ayudar en la modificación de los nuevos hábitos saludables.

4; Tratamiento farmacológico. Existen diferentes fármacos que pueden ayudar a perder peso adicional al que se intenta conseguir principalmente mediante la dieta saludable y el ejercicio físico continuado.

Para los casos más graves de obesidad, también existen otras opciones más invasivas, como pueden ser el balón intragástrico, que se coloca durante unos 6 meses para ayudar a reducir el peso, o una cirugía específica para la obesidad, que se debe plantear solamente en los casos en los que la obesidad comprometa la vida, ya que se trata de una operación que implica un cierto riesgo.

Independientemente del método o métodos que se empleen para tratar la obesidad, deben ser en todo momento pautados y monitoreados por los especialistas correspondientes, que serán los encargados de que se cumplan las pautas para llegar a los objetivos saludables que debe alcanzar cada paciente.