Índice
Introducción
Los que tenemos o hemos tenido a algún familiar aquejado de este tipo de dolencias somos conocedores de lo difícil e incluso frustrante que puede llegar a ser intentar mantener una comunicación coherente con estos pacientes. Esta frustración se agrava cuando además estamos intentando saber si nuestro ser querido se encuentra bien, si le duele algo, o necesita que hagamos algo por ellos.
Para la persona aquejada de la enfermedad también es una situación que puede llegar a generar mucho nerviosismo y agitación puesto que no logra transmitir, lo que en su cerebro es una necesidad clara, a palabras que expresen y hagan entender su necesidad o deseo.
Este nerviosismo y agitación puede llegar a desencadenar un episodio de “agresividad” tan común en estas dolencias y lo peor es que en muchos casos llegar a estos extremos podría haberse evitado con unos tips, que, si bien a veces son difíciles de seguir, cuando los hayamos interiorizado nos saldrá de una manera automática, volviendo a disponer de herramientas para comunicarnos con nuestro ser querido.
Cómo facilitar la comunicación con personas mayores con deterioro cognitivo
La comunicación, en el caso de enfermedades degenerativas, debe partir de un punto diferente. Debemos ser capaces de entender que, si nuestro cerebro funciona de manera automática, traduciendo imágenes y pensamientos en palabras que han sido relacionadas anteriormente con ese “contenido mental”, en el caso de una persona con un deterioro cognitivo ese encaje no suele ser tan fácil. Lo que ellos “ven internamente” pasa a una especie de carrusel de palabras que se puede detener en cualquier sitio y que hace que las ideas expresadas verbalmente no tengan la secuencia a la que estamos acostumbrados. Y ese ha de ser nuestro punto de partida: Ponernos en los zapatos de la persona que tenemos delante y conseguir llegar a un punto intermedio desde el que si haya una comunicación efectiva.
¿Y cómo llegamos a ese punto intermedio de comunicación en personas con deterioro cognitivo?
Lo primero es acercar un poquito a la persona con deterioro cognitivo. Para ello debemos conseguir que la atención se fije en nosotros y lo mas fácil es, o bien expresar que queremos que nos mire un momento, de forma dulce y tranquila o bien mediante una caricia, un beso o cualquier otro gesto que nos ponga en el centro de su atención aunque sea momentánea.
Conseguir que la persona se ancle en un punto de realidad nos va a ayudar a despejar su cabeza de la bruma mental que les puede estar bloqueando internamente. Para ello podemos usar cualquier elemento que tengamos alrededor, por ejemplo un reloj para que nos diga la hora, o una ventana para que nos pueda expresar si es de día o de noche, si llueve o hace sol etc. Esta sencilla actuación nos va a poner en un punto del espacio compartido con ellos, nuestra realidad va a estar mas cercana a la de ellos, y ellos se van a dar cuenta de que comparten este espacio con nosotros.
A partir de aquí es cuando podemos, desde ese espacio compartido, empezar la comunicación que ahora sí que será bidireccional. Las preguntas las formularemos de forma sencilla y esperaremos a tener la respuesta completa, aunque en la respuesta surjan palabras que no sean las correctas, puesto que lo que queremos es su idea, ahora que ya sabemos que el acceso a los conceptos no es tan sencillo en su cabeza. Una pregunta nos va a llevar a otra y de este modo iremos acotando esa idea a la realidad. Por ejemplo, si a la pregunta “¿Qué te duele?” Obtenemos la respuesta de “ la nevera”, nuestra siguiente pregunta seria, ¿Dónde está la nevera? O ¿Puedes tocarte la nevera?. Debemos ser muy observadores y ser capaces de discernir el patrón de sus comunicaciones, puesto que, aunque oculto suele estar ahí. Si al tocar “la nevera” va a la tripa, seguramente haya una correlación entre la palabra usada y lo que le pasa como por ejemplo que tenga hambre, por eso debemos observar ese patrón que nos va a dar una idea de la realidad que está tratando de expresarnos.
A partir de que ha empezado a expresar debemos seguir tratando de que recorra mas camino en ese espacio común de manera cariñosa y paciente. Volviendo al mismo ejemplo, podemos recordarle que donde se ha tocado es en la tripa, y a la vez preguntarle que es una nevera. No obstante, llegado a este punto habremos conseguido comunicarnos y entender cual es una necesidad concreta, lo que comprobareis que también a ellos les alegra y tranquiliza.
Pero claro, todo esto esta muy bien cuando hablamos de cosas concretas. ¿Qué pasa con las cosas mas abstractas, las historias vividas y esas narraciones de la vida que tanto les gusta hacer a nuestros mayores?
Aquí el tema se vuelve un poquito mas complejo y debemos ser capaces de conocer y comprender otros patrones no verbales para entender qué es lo que nos está transmitiendo y poder interactuar con ellos, aunque el lenguaje no sea el preciso en toda esta narrativa.
Lo mas sencillo es establecer una correlación entre lo que la persona percibe como un recuerdo o lo que sabe que es una historia inventada. Para ello volveremos a traer a la persona a un terreno conocido, mediante alguna pregunta corta que conozcamos, por ejemplo, cuál es su nombre completo, o cuando es su cumpleaños, o como se llaman sus hijos. Aquí lo que vamos a hacer es observar sus ojos. Tenemos que ser capaces de establecer el patrón de su mirada cuando responde a estas preguntas. Si mira a la derecha o a la izquierda, arriba o abajo. Ese patrón lo van a repetir siempre, porque es inherente a la persona y ahí sabremos cuando nos están hablando desde el recuerdo, desde algo presente, desde una realidad inventada por ellos o de una situación mas o menos ficticia. Una vez tengamos calibrado esto seremos capaces de interactuar con ellos desde su realidad, hacer preguntas o introducir a personas que hayan tenido esa vivencia con ellos en la vida real, enriqueciendo la historia con elementos adicionales y haciéndoles sentir escuchados y comprendidos.
Desgraciadamente, aunque con estas técnicas veamos que nuestra comunicación vuelve a ser efectiva, seguirá habiendo cosas que nos cueste mucho entender o a ellos expresar, puesto que su lenguaje poco a poco seguirá disminuyendo, pero este deterioro será mas lento y paulatino, dándonos la oportunidad de entenderles durante mas tiempo con la satisfacción para ambos que esto conlleva.
Esperamos que estos pequeños tips os ayuden. Todos estos temas los incluimos en un curso intensivo para nuestras cuidadoras y familias, porque entendemos que cuanto más capaces seamos de mantener la comunicación, más felices serán nuestros mayores. Y sinceramente ¿Qué más queremos?